Obra artística que enlaza  dibujo y sonido; conecta elementos de diferentes culturas que involucran tanto a hombres y mujeres contemporáneos como a los  de la antigüedad, interrelacionando Oriente y  Occidente.
Documenta un viaje y presenta un mapa simbólico. La idea central es el recorrido, un recorrido interno, pues la obra habla de nuestra historia interior como seres humanos.
Nos interesa la idea de diferentes lenguas que se intercalan, como símbolo de la Palabra que desde el inicio construye el mundo. La instalación está compuesta por sonidos, palabras e imágenes, en un trabajo simbólico de capas que se superponen, pensando en los diferentes niveles que componen la profundidad del ser.
El desafío de este proyecto  es que la cartografía interna (el viaje) pertenezca a cada uno de los espectadores, es decir que, con su participación la hagan suya y la lleven consigo.
FOTOS: GONZALO VARGAS M.
FOTOS: DANIELA MORENO WRAY
Pilar Flores habla sobre Cartografía Interior.
Esta obra, realizada en colaboración con el músico americano Michael Blanchard, tiene que ver con el mito de Ulises: el retorno a casa. Proponemos un espacio,  una estancia que permita una travesía en la que está presente un sonido sutil, cíclico, que acompaña el recorrido.
Para acercarnos al mito, hemos tomado dos tratados antiguos sobre Yoga, escritos en sánscrito y traducidos al inglés y al francés por dos autores, uno oriental y otro de occidente.[1] Creamos versiones en castellano de estos textos, los relacionamos y, sobre todo, experimentamos sus postulados en nuestras vidas, al entrar en ellas de manera profunda, tratando de alcanzar la riqueza de esta práctica.  Mientras seguíamos estas textos sagrados, buscando la quietud de nuestra mente, dibujamos e intercalamos textos con mandalas. La propuesta central de la obra es una acción, una vivencia. Invitamos al espectador a participar en ella.
Para nosotros este trabajo es un recorrido de vida; implica un viaje que tiene diferentes escalas, cuyas estaciones las van marcando los dibujos (250 en total entre textos y dibujos), colocados en la sala de exposición según el trazado de la sección áurea[2], tomando en cuenta ciertas regularidades que encontramos en la naturaleza. Las formas de la naturaleza son fractales, y múltiples procesos de la misma se rigen por comportamientos fractales[3] .
Yoga quiere decir unión, fusión, disolución de lo pequeño en lo grande, de lo múltiple en lo Uno, de lo individual en la conciencia universal.
Por otro lado, el mandala es un símbolo que en las distintas culturas y épocas alude al camino hacia la unicidad del ser.  “El mandala es un resumen de la manifestación espacial, es imagen del mundo, es representación del poder divino, es espacio sagrado central… es a la vez una imagen del Universo y una teofanía”, en palabras de Mircea Eliade,  filósofo, historiador de las religiones y novelista rumano.  Representa las estructuras de la psique profunda, cuya esencia  nos es desconocida.  Para el psicólogo suizo Carl Jung, el mandala es una forma arquetípica, de ahí que aparezca en diferentes culturas lejanas entre sí.  Sus imágenes son utilizadas para consolidar el ser interior.
Siendo el ser humano una minúscula parte del todo pero que lleva la presencia del todo en su interior, podemos imaginar símbolos que liguen fractales[4] y mandalas como una hierofanía[5], es decir lo sagrado que se manifiesta en nuestras vidas.
Este viaje-exposición, presentado como un proceso interior individual y también universal, invita a experimentar el silencio y a través de él, el acceso a nuestro interior.  El sendero propone un recorrido, de manera que la mente se vaya aquietando, y tomemos contacto con la conciencia y en ella descubramos el camino de retorno a casa.
…¿El retorno a casa?… ¿de qué casa estamos hablando?… Es ahí donde entra en escena el mito de Ulises.  Su curiosidad, su ímpetu, sus errores, sus ganas de vivir –tal como ocurre con todos nosotros-, lo llevaron por mil experiencias (algunas espléndidas, otras no tanto y la mayoría difíciles) que lo alejaron por mucho tiempo de su hogar, al que él deseaba regresar.
El regreso a casa es el regreso al hogar.  Y ese hogar tiene un significado diferente para cada uno de nosotros.
Esa casa a la que nos referimos es el interior de uno mismo.  Y el regreso se lleva a cabo a través de la serenidad, del aquietamiento y, sobre todo, de la conciencia de sí mismo. En el silencio, topamos el infinito que está dentro de nosotros.
Tal como ha ocurrido en mis exhibiciones anteriores, el espacio arquitectónico (Arte Actual, Quito, 2012)  demarcó la propuesta, exigiendo un largo trabajo in situ para lograr la integración total de la obra y la arquitectura.
La obra aborda varios aspectos:
El  tiempo, el desplazamiento, la transición entre varios lugares, el proceso vivido y  la participación más que  la aprehensión visual. [6]
Es una obra que documenta un viaje y presenta un mapa simbólico.[7] La idea central es el recorrido, un recorrido interno, pues la obra habla de una historia interior.  Señalamos una práctica milenaria que es actualizada por cada uno de nosotros al experimentarla y verificar su exactitud, alcanzando a través de ella la alquimia de nuestras propias vidas.
Nos interesa la idea de diferentes lenguas que se intercalan, como símbolo de la Palabra que desde el inicio construye el mundo.  Además, dentro de ellas, las lenguas llevan implícitos espacios y tiempos distintos.  Nos apropiamos de varios textos. Textos en inglés,  en francés, en castellano, en sánscrito –lengua antigua, propia de valiosos textos sagrados-  se combinan con los dibujos y el trazado de los dibujos en el espacio.
Logos refleja por su sentido original y por su sentido ulterior, dos aspectos de la palabra: el recogimiento en la presencia (meditación) y su expresión.  La palabra quiere decir “recoger” y “decir”.[8]
Esta trayectoria está custodiada por un sonido continuo y circular: un ritmo creado con el cuenco tibetano, seguido por percusión, para terminar con flauta. …la Creación se inicia con la vibración, el OM, “la música más antigua del universo”[9] (el cuenco tibetano), el hombre entra en el mundo manifestado (el tambor, los latidos del corazón), la flauta como símbolo del viaje…
 
Tres elementos están permanentemente presentes: palabra, sonido, imagen.  Leer, escuchar, mirar; pasado, presente, futuro; cuerpo, mente, espíritu; tierra, hombre, cielo;  cuerpo físico, cuerpo astral, cuerpo causal.
Recibe al espectador una frase de Heráclito, (fragmento 50):
Al escuchar al logos más que a mí mismo, es sabio admitir que en realidad todas las cosas son una única cosa.
 “El logos de Heráclito es lo que Laozi en China llamaba el tao y los sabios védicos, el rit.  La palabra sanscrita rit o rta se deriva de la raíz ar, que significa encajar perfectamente, juntarse sin fisuras, estar perfectamente unidos.  El término rta remite a una rueda perfectamente equilibrada que gira rítmica y suavemente y que se asocia a la palabra griega harmos (armonía), así como al latín ars, que es la raíz de arte y artista”.[10]
Acompaña a la exposición un libro de artista, cuya cubierta ha sido realizada en colectivo por las mujeres participantes de los encuentros semanales en los que se aborda la Creatividad desde el silencio[11].  Hemos puesto especial cuidado en la nobleza del material usado, el diálogo de las formas y el trabajo simbólico de siete capas que se superponen.
Este viaje nuestro tiene ahora esta escala, pero sólo es parte de un desplazamiento mucho mayor. Cada espectador puede, indudablemente, vivir una experiencia estética distinta, a partir de la exploración por su propia cartografía interna.
El diseño para el montaje de Cartografía Interior fue realizado por Víctor Hoyos.
Cubierta del libro: Patricia Carrera, Marta Forero, Marina Ordoñez, Pilar Flores.
Diseño de los libros: Esteban Salgado.

[1] Libros cuyos textos se toman para la exhibición Cartografía Interior :
Paramahansa Yogananda, The Bhagavad Gita, Los Angeles, Self Realization Fellowship, (sin año)
Jean Bouchart D`Orval, Les Yoga Sutras de Patanjali. Montreal, Les Éditions du Relié, 1992.
[2] La proporción áurea se basa en una relación en que el conjunto dividido entre una parte mayor da exactamente el mismo cociente que el de la parte mayor dividida entre la menor. Priya Hemenway,  Divine Proportion. Phi in art, Nature and Science, Köln, Evergreen, 2008, p. 190.
[3] “A la manera de un punto de holograma, llevamos en el seno de nuestra singularidad, no solo toda la humanidad, toda la vida, sino también casi todo el cosmos, comprendiendo en él su misterio que yace sin duda en el fondo de la naturaleza humana”. Edgar Morin, La mente bien ordenada, Barcelona, Editorial Seix Barral, S.A, 2000-2001.
[4] Los fractales han sido calificados como geometría de la naturaleza… Un fractal es una forma o comportamiento generado matemáticamente, que describe fenómenos como los rayos, los árboles y las nubes de una manera que la geometría euclidiana no es capaz de hacer. Los fractales suelen ser autosimilares, es decir, se  repiten a sí mismos a diferentes escalas dentro del mismo objeto. Los fratales pueden detallarse hasta el infinito. Priya Hemenway, (2008). Divine Proportion. Phi in art, Nature and Science, Köln, Evergreen, 2008, p. 125 y 190
[5]Hierofanía es un conjunto de formas existentes en el mundo a través de las cuales se manifiesta lo sagrado, según diversas creencias religiosas.
[6] “Un espectador de una de las últimas obras de De María (artista de Land Art), Las Vegas Piece (1969), recuerda que era importante recorrer los más de 6 km del trabajo para obtener ,´una experiencia de un lugar específico… y un sentido intensificado de sí mismo que parezca trascender la mera aprehensión visual”.  Jeffrey Kastner, Land Art y Arte Medioambiental. New York, Phaidon, 2005, p. 30.
[7] Richard Long (Inglaterra, 1942), en su obra A walk by all roads and lanes, touching or crossing an imaginary circle (1977),  presenta un mapa y  un texto.  “El acto de dibujar sobre la tierra está ejemplificado en este mapa en el que el artista ha marcado su itinerario… recalcando … la inmensa diferencia entre la experiencia directa del paisaje –con las vistas y los sonidos que se dan al aire libre- y su traslación potencialmente absurda al mapa”. Jeffrey Kastner, Land Art y Arte Medioambiental. New York, Phaidon, 2005, p. 126
[8] Jean Bouchart D`Orval, Les Yoga Sutras de Patanjali, Montreal, Editions du Relié, 1992. p. 39.
[9] Paramahansa Yogananda. The second coming of Christ. Volume I. Los Ángeles, S.R.F., 2004, p.27.
[10] Priya Hemenway, (2008). Divine Proportion. Phi in art, Nature and Science, Köln, Evergreen, 2008, p.172.
[11] Patricia Carrera, Marta Forero, Tuca Guerra, Marina Ordoñez, Pilar Flores. Además el diseño del libro fue realizado por Esteban Salgado.
CRÉDITOS EXPOSICIÓN CARTOGRAFÍA INTERIOR:
Arte Actual FLACSO, Quito-Ecuador, 2012
TÍTULO: Cartografía Interior
AUTORA: Pilar Flores con la colaboración de Michael Blanchard
MUSEOGRAFÍA: Víctor Hoyos y Pilar Flores
MONTAJE: Pilar Flores, Marta Forero, Víctor Hoyos, Guido Yacelga.
TÉCNICA: Instalación que integra 240 dibujos colgados con hilos desde el techo, formando dos espirales que se encuentran en el centro. Hacen parte de la instalación las sombras proyectadas en piso y paredes.
DIMENSIONES: Las dimensiones de la sala de exhibición.
FOTOS: Gonzalo Vargas M. y Daniela Moreno Wray
VIDEO: Gonzalo Vargas M. a partir de la filmación de Pedro Cagigal.
MÚSICA: Michael Blanchard y Marvin Holladay, con la colaboración de Daniel Britan.
AÑO: 2012​​​​​​​
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