“una preocupación constante en mi vida ha sido el favorecer la creación de estancias donde el encuentro sea posible”
Su trayectoria involucra dibujo, pintura, arte efímero, instalaciones, apropiación de espacios, creación de estancias y talleres de arte. Ha realizado 28 exposiciones individuales de su obra pictórica en varios países de Europa y Latinoamérica. Desde hace varios años trabaja con mujeres en procesos de Creatividad desde el silencio.
Participó en el proyecto Women beyond borders, una exposición que reunió la visión de mujeres de todo el mundo y recorrió diferentes continentes desde 1995 hasta el año 2001.
En mayo del 2001 recibió el Premio Hillary Ribay del Museo Guggenheim de New York.
El filósofo francés Gaston Bachelard dice: “Tratemos de poner todo nuestro ser en silencio –escuchemos solamente nuestra respiración- volvámonos aéreos como nuestro aliento, no hagamos más ruido que la respiración más leve” .
Al mirar mi recorrido observo un marcado deseo por crear espacios que manifiesten la levedad, levedad entendida como profundidad del ser. Espacios no solo geométricos sino espacios existenciales. El espacio externo como expresión del espacio interno y entre ellos el espacio meditativo.
Espacios creados para compartir, para unir, para tejer: espacios a los que podríamos llamar estancias, las que han sido construidas no para llegar y quedarse, sino para nutrirse, y seguir el recorrido. Estos espacios han favorecido las relaciones y la integración, han sido espacios de creación colectiva y espacios de diálogo. Espacios para unificar, crear, escuchar, buscar. Espacios para vivir, espacios para trabajar. Espacios imaginados.
A través del mito de Perseo, Calvino presenta su tesis sobre la levedad. Tesis que yo la acojo. Perseo logra matar a la Medusa porque no la mira directamente sino que ve solamente su reflejo en el escudo de bronce. Esa mirada indirecta es la que nos permite exorcizar la pesadez del mundo. El espejo como una superficie reflectante es un poderoso símbolo de conocimiento. Perseo encarna al héroe enfrentado a la toma de una decisión: quedar petrificado ante la imagen deformada de sí mismo o decapitarla.
Pero la pregunta que salta inmediatamente es ¿Qué implica para cada ser humano esa mirada indirecta? En mi caso esa mirada indirecta ha sido a través del símbolo, de la poesía, del arte, de los mitos, de la recolección de los sueños, de la contemplación de la naturaleza, de la respiración consciente… “…para cortar la cabeza de la Medusa sin quedar petrificado, Perseo se apoya en lo más leve que existe: los vientos y las nubes…”. Perseo recibió de sus dioses benefactores las sandalias aladas, símbolo del contacto con lo divino, las que le permitieron tener éxito en la empresa que antes nadie había logrado.
En este mito Calvino encuentra una “alegoría de la relación del poeta con el mundo, aquel poeta filósofo que se alza sobre la pesadez del mundo,-ruidosa, agresiva, rabiosa, atronadora- demostrando con su salto que su gravedad contiene el secreto de la levedad”.
La Medusa tiene el poder de transformación de una cosa en otra completamente distinta, y hay dos posibilidades: la petrificación o la transformación. Esta poderosa Gorgona tiene la capacidad para alcanzar cualquiera de las dos. Y la transformación tiene dos resultados opuestos, de la sangre de la Medusa nacen el caballo alado Pegaso y el Monstruo Crisae.
Pegaso, quien recibió desde su nacimiento el regalo del cambio y la libertad, presenta también un doble aspecto: galopa en la tierra, conoce su olor, sus aromas y además tiene alas para volar. El caballo alado es símbolo de la imaginación creadora y de la creatividad poética.
También es símbolo de la levedad.
Después de matar a la Medusa, Perseo mantiene guardada su cabeza en una bolsa que asimismo recibió de los dioses. Solo saca la cabeza cuando, en combate, cree que el enemigo merece ser petrificado. Es decir en este caso también mantiene oculta a la Medusa, igual que antes la venció mirándola a través del espejo. “La fuerza de Perseo está siempre en un rechazo de la visión directa, pero no es un rechazo de la realidad del mundo de los monstruos en el que le ha tocado vivir, una realidad que lleva consigo, que asume como personal”.
Ovidio, citado por Calvino, se refiere a Perseo cuando después de matar a Andrómeda, antes de lavarse las manos, deposita con toda delicadeza la cabeza de la Medusa a orillas del rio. Calvino añade “me parece que la levedad de la que Perseo es el héroe no podría estar mejor representada que con este gesto de refrescante cortesía hacia ese ser monstruoso y aterrador, aunque en cierto modo deteriorado y frágil”. En este mismo lugar en el que la cabeza de la Gorgona fue depositada, de su sangre nacen hermosos corales.
De este modo, cada vez que el peso del mundo se manifiesta con fuerza, queda la imagen del héroe Perseo que rápidamente vuela a otro espacio. No como una fuga sino como un cambio de enfoque, un cambio de perspectiva; un “mirar el mundo con otra lógica, con otros métodos de conocimiento y de verificación”.
Es decir la levedad es una manera de ver el mundo.
En mi caso, el escuchar la respiración en silencio, tal como propone Bachelard ha favorecido mi vivencia de la levedad, …Aire, viento, aliento… fue el nombre de uno de mis ensambles presentados en 1998. Inspirada en los estudios de los flujos y corrientes del aire y del agua y su interrelación con los ritmos de la tierra.
En agosto del 2006 estaba trabajando en mi taller y vía correo electrónico me llega un texto en francés, enviado por una querida amiga suiza: el arte de bendecir, se llamaba aquel texto, inmediatamente quise compartirlo y lo traduje al español. En esa misma semana otra amiga llega de la India y me trae como regalo un hermoso sello. Por esos días yo estaba trabajando en unos pequeñísimos libros con mantras. Quise unir todo esto: la amistad, el regalo, el texto, la traducción, los mantras: el poder de invocar generando una red de afectos y de pensamientos de bendición. Siete veces siete como la multiplicación bíblica.
Así nació un librito realizado uno por uno, día tras día, regalado a 49 amigas cercanas: de aquí, de otras ciudades, de otros países.
Este deseo de compartir ha dado nacimiento a muchas obras. La más importante para mí: los procesos de Creación desde el silencio, trabajados con mujeres, desde el año 2001 hasta el 2008. Estos nacieron en realidad del inspirador trabajo con niños, en el programa Aprendiendo a través del Arte, hoy Arteducarte. Esto unido a los talleres de creatividad trabajados con jóvenes estudiantes de la PUCE, dieron como resultado la propuesta de metáforas en las que hago un paralelismo entre un hábitat y las características de un taller de arte.
Es una propuesta que se trabajó en distintos momentos con varios grupos de jóvenes y de adultos, la creación de una estancia en la que se invita a los participantes a tomar al azar una metáfora y luego, tomar también al azar cinco actividades, entre más de un centenar que se ofrecen. La combinación de estas actividades tomadas de manera aleatoria da un resultado distinto y poderoso cada vez. La propuesta nace de la convicción de que un grupo de personas unidas y deseosas de compartir, potencializan con sus ideas y con su talento el encuentro.
La obra de referencia en la metáfora Ciudad fue presentada en varias ciudades europeas por el artista francés Ernest Pignogn. Influenciada por esta obra propongo, en el 94, un trabajo que se lleva a cabo a lo largo de tres años y que tiene varias acciones, realizadas con la colaboración de Dora Quintero, quien más tarde hizo una larga investigación que desembocó en un libro:
- El homenaje a Luz Elena Arismendi , madre de los jóvenes Restrepo, su imagen pintada en alto contraste sobre tela, en escala uno a uno, y debajo de ella dos mil rosas rojas, que nos fueron donadas, todo esto colocado en el cerco, como se llamó en ese momento, al lugar de manifestación junto a la iglesia de La Compañía.
- Una tela de 3 x 2,50, también con la imagen de Luz Elena, colocada en el atrio de la Catedral, en una multitudinaria convocatoria en la Plaza Grande, recordando a los desaparecidos.
- Un mural de los hermanos Restrepo en la pared posterior del Cementerio de San Diego.
- Un centenar de imágenes de Luz Elena realizadas en esténcil, en escala real, y colocadas a lo largo de toda la avenida 10 de Agosto, desde La Y hasta antes de llegar a la Plaza Grande.
Vida y Muerte. La pesadez del mundo, “violenta, agresiva, rabiosa, atronadora”. Y la fragilidad del ser humano. Tal como es frágil una flor de iris, tan bella y tan efímera.
Todos estos procesos me llevan a la construcción de la obra Palimpsesto, es tal vez la más compleja por su multidimensionalidad. El nombre fue dado por Cecilia Velasco para el libro que contiene sus poemas y mis dibujos.
La obra Palimpsesto se inspira en un poema de Cecilia Velasco y nace después de catorce años de trabajo interior. Los primeros siete años me dedico a fondo a mi propio proceso de integración. A través de símbolos, de mitos, recogiendo sueños, pintando, dibujando, creando bitácoras artísticas y sobre todo mi búsqueda de aquietamiento interior. Años en los que inclusive me dedico a escribir mi biografía con un estricto sentido de autoconocimiento. Años de un sin número de preguntas, tales como ¿De qué manera se establecen las conexiones en mi vida? ¿Cómo se ha ido construyendo? ¿Qué es lo que la ha construido?
En la soledad de mi taller, un día decidí que quería compartir estas preguntas que me había formulado a lo largo de los años. Invité a un grupo de mujeres para iniciar un trabajo colectivo. Con reuniones semanales año tras año realizamos una larga caminata juntas.
Construimos un sin número de actos poéticos realizados desde el profundo deseo de observarnos, descubrirnos y fundamentalmente conocernos explorando las estructuras tan complejas del ser humano. Estos actos crearon estancias de un profundo sentido y significado. Llegamos a ellas no para quedarnos sino para avanzar en nuestro recorrido.
Este trabajo colectivo inspiró la obra Palimpsesto.
Estos elementos que se fueron articulando espontáneamente, fue un proceso sostenido siempre por una idea: Perseo logra matar a la Medusa sin quedar petrificado, porque no la mira directamente, sino que ve solamente su reflejo en el escudo de bronce.
La búsqueda de la levedad se manifiesta como reacción al peso de vivir… pero ¿cómo escapar del peso? Abrir otras puertas, decía antes Calvino, Elevarnos a otro nivel para poder ver con más claridad. El vuelo a otro mundo, tal como lo hace el chaman, quien visita otras dimensiones de manera que pueda encontrar las fuerzas para modificar la realidad.
Esa mirada indirecta está expresada en mi obra en la búsqueda de la levedad a través del aliento. “La respiración es el objeto de meditación por excelencia, precisamente porque no es un objeto y por tanto carece de forma. La respiración es uno de los fenómenos más sutiles y aparentemente más insignificantes que hay. Y el hecho de que carezca de forma es una de las razones por las que el estar atento a ella, es un camino muy eficaz para generar consciencia” (Bouchart D`Orval, 1992).
La respiración consciente, nos lleva a experimentar el silencio y mantener la atención en la presencia, lo que permite tomar contacto con nuestro interior y ese contacto favorece la transformación.
* Las citas están sacadas del libro de Italo Calvino, Seis propuestas para el próximo milenio, Madrid, Siruela, 1988, páginas 19 a la 42.